La Soledad en la Toma de Decisiones

Pormmartinm

La Soledad en la Toma de Decisiones

España es pyme. España está hecha de autónomos que dirigen, emprenden, invierten y toman decisiones para la pyme. La soledad es el denominador común de todos ellos. Son los que escuchan a sus colaboradores, a “su gente” y también a proveedores, colegas, competidores y de todos oye y de todos escucha.

Después hay que decidir, hay que determinar estrategias y apostar por alguna y esperar que salga bien. Y esperar que lo que se ha pensado hoy, también se piense mañana y pasado. Frases como: “ya lo vamos viendo”, “déjame que lo piense”, “eso lo miramos más adelante”… no son más que excusas y objeciones de la realidad que no es otra que “no tengo ni idea si la propuesta es buena, mala o regular”.

 

Y estamos en Navidad, una época donde los buenos propósitos nacen o son renovados por lo que la soledad del tomador de decisiones está más presente que nunca. No es una soledad buscada ni deseada. Es una soledad que atenaza, una soledad que crea mucha inseguridad resucitando las decisiones erróneas pasadas. Una soledad que ve cuestionada la autoridad del jefe, que sale a relucir la forma de gestión en la que el jefe debe saber de todo, saber más que sus empleados o subordinados.

 

Sentir esta soledad, no es bueno. No saber cómo eliminar esta soledad es peor y va a hacer que la empresa pierda competitividad, va a hacer que los márgenes comerciales vayan disminuyendo y que los buenos profesionales de la empresa comiencen a “buscarse la vida”. Solo los que no son líderes, los que no trabajan en equipo viven esta soledad. Es el equipo quien toma decisiones, es el equipo quien se equivoca o quien acierta. Es el equipo quien reflexiona, piensa, aporta, investiga y soluciona problemas. No existe soledad posible. No existe incertidumbre posible si se trabaja en equipo, si se crea un grupo humano con objetivos comunes, metodologías habituales y estrategias frecuentes.

 

Las pymes, los emprendedores en España no tienen un perfil universitario por regla general, salvo las carreras técnicas, que piensan que no haber cursado una carrera universitaria les inhabilita para pensar en grande, pensar en positivo, pensar estratégicamente. Viven pensando que su falta de formación les impide tener agilidad de ideas, frescura en la toma de decisiones, seguridad y confianza en las decisiones que hay que tomar. Con esta filosofía, sí comenten errores. Sí que no aciertan en la toma de decisiones. Y están completamente equivocados. Su error es no saber o no querer trabajar en equipo. El no querer delegar, el no estar dispuesto a no tener todo controlado, a no contar con asesores externos que le digan que se puede actuar de otra manera.

 

Un empresario, CEO, gerente o directivo, que cree que lo tiene que saber todo está llamado al fracaso, a vivir permanentemente en soledad y a no hacer crecer a su empresa. Debe ser consciente que los empleados tienen muy claro que no esperan que un jefe sepa de todo pero que sí que sepa resolver los problemas aportando soluciones consensuadas. Reparta responsabilidades entre su equipo de trabajo y acuda a profesionales que les ayude a encarar el problema o que pongan en tela de juicio la estrategia diseñada.

 

En mi trayectoria profesional colaboro con grandes empresas que cotizan en el IBEX y también con pymes y micropymes, todas tienen las mismas necesidades, la misma problemática en su toma de decisiones (cada una en su complejidad). Las grandes, después de escucharme y después de colaborar conmigo solicitándome servicios de pequeña cuantía acuden a las grandes consultoras (que si no cotizan en el IBEX sí en el mercado continuo de la bolsa) para que les digan lo que yo les he dicho pero con su marca y con sus tarifas de miles de euros. Y así es su metodología en su toma de decisiones. Las pymes y las micropymes me llaman para que les ayude a crear equipos de trabajo, metodología y protocolos de organización interna en el departamento de ventas o de internacional. Me llaman para conocer y saber los motivos y las razones por las que no se trabaja en equipo, porque no se vende lo que se debe. Me llaman para evitar que el responsable de ventas internacionales o comercial internacional no viva en la soledad de las tomas de decisiones.
No se olvide empresario, emprendedor, CEO, gerente o ejecutivo que “un consejero o asesor externo permite que la empresa se beneficie de la aportación del conocimiento y la experiencia adquirida por el profesional en otros negocios y sectores”.

Llámame o escríbeme y colaboremos juntos para desarrollar las ventas internacionales, desarrollar el trabajo en equipo…

Sobre el autor

mmartinm administrator

Miguel Ángel Martín Martín es estratega de internacionalización, formador y conferenciante en habilidades y técnicas del comercio exterior. Es un referente del comercio exterior como Presidente Ejecutivo de INFEBEX y Presidente Fundador de ACOCEX

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